Eusebio Mayalde es un chamán que aúlla como los lobos en las noches de luna llena. Y también un folclorista que hace música con cucharas, con sartenes y hasta con sus propias manos. La naturaleza ha decidido que ha llegado el momento de transmitir su saber a Zaniki, su nieto de ocho años. En un viaje iniciático se echan los dos al monte, en el confín de la meseta castellana, para compartir los ritos más atávicos de su tierra, hasta que Zaniki tome el relevo como nuevo trovador de la tradición.
El karma y la calma
Jordi Costa 22 MAR 2019 - 03:10 CEST
La película de Gabriel Velázquez no puede estar más enraizada en una tierra y una memoria concretas, pero lo que cuenta es tan universal.