Bruce Springsteen, un joven músico en la cima del estrellato mundial, lucha por reconciliar la presión del éxito con los fantasmas de su pasado, mientras crea su álbum titulado Nebraska. El disco se graba con una grabadora de cuatro pistas en el dormitorio de Springsteen, en Nueva Jersey, y marca un momento decisivo en su vida. Finalmente, Nebraska acaba considerado como uno de sus trabajos más perdurables, y posee un crudo estilo acústico repleto de almas perdidas en busca de una razón para creer.