Un artista antaño exitoso, queda muy afectado tras fracasar su última exposición. Su galerista, amigo de toda la vida, intenta revalorizar su obra a toda costa. En el mundo del arte, por absurdo que parezca, todo es posible.
De la caricatura al retrato

Jordi Costa 16 NOV 2018 - 03:17 CEST
Gastón Duprat entra de manera explícita en el microcosmos de los galeristas y sus representados, pero para jugar, no para satirizar.