En el año 754 d.C. Europa del Norte se encuentra dividida. Por un lado, está el grupo formado por los frisones, los sajones y los daneses. El otro lado está ocupado por los francos. Los últimos pretenden realizar aquello que los romanos no pudieron: conquistar toda Europa mediante su nueva arma, el cristianismo. Dispuestos a usurpar el mayor centro de comercio de Europa, los francos asaltan Dorestad, gobernado por el rey frisón Aldegisel. Tras una larga lucha, acaban con la vida del rey y el destierro de su hijo Redbad. Este batalla por su supervivencia hasta llegar a la costa vikinga, territorio donde rehace su vida hasta sentirse integrado en el clan. En una visita a su pueblo, Dorestad, Redbad se da cuenta de que, bajo el dominio de los francos, las cosas han cambiado por completo.
Una de vikingos (autóctonos)

Javier Ocaña 12 NOV 2018 - 11:30 CEST
Un trabajo que puede interesar más por dónde y en qué momento se ha hecho, que por su contenido en sí mismo, apenas un pálido remedo de 'Juego de tronos'.