Laura Ferrés debuta en la dirección de largometrajes con el drama La imatge permanent, que se inicia en un pueblo del sur, donde una madre adolescente, Antonia, desaparece en medio de la noche.
Cincuenta años más tarde y muchos kilómetros al norte, Carmen, una directora de casting algo introvertida, debe encontrar personas que cuenten sus recuerdos tras cambiar de ciudad.
Durante su búsqueda, Carmen conoce a Antonia, una mujer impulsiva que invade su soledad.
