El rey se queda pasmado al ver el cuerpo desnudo de Marfisa, la prostituta más bella de la villa y la corte, en presencia de su amigo, el conde de Peña Andrada. Después pretende ver también desnuda a la reina y, para mayor escándalo, le manda al conde que se cubra en presencia del valido. Y es que el rey, pese a la oposición de la indignada Iglesia, no parará hasta ver cumplidos sus deseos.