Justine vive en el seno de una familia cuyos miembros son todos veterinarios y vegetarianos. A sus 16 años, es una estudiante brillante y prometedora cuyo objetivo es entrar en la facultad de Veterinaria. Tras lograrlo, Justine descubre allí un mundo decadente, despiadado y peligrosamente seductor. Obsesionada por encajar con sus compañeros de clase, la chica decide alejarse de los principios que le ha inculcado su familia y come carne cruda por primera vez. Lo que no puede imaginar son las consecuencias de sus actos cuando su verdadero yo empieza a emerger.
Justine o los infortunios del veganismo
Jordi Costa 17 MAR 2017 - 00:17 CEST
Esta no es una película de terror al uso, sino la crónica de un viaje interior –con sorpresa final- que mantiene el equilibrio en un arriesgado tono onírico.