Un niño soldado, adicto a la heroína y con un Kalashnikov en la mano, se ha visto involucrado en más de cincuenta guerras y conflictos. Balanche se encuentra entre los primeros niños soldado que cuentan con todo detalle su historia. A los doce años emigró después de un ataque insurgente que tuvo lugar en su país, en las escuelas religiosas de Pakistán, y a los trece fue reclutado por intermediarios locales del ISIS. La terrible violencia y la habilidad para realizar actos impredecibles en la guerra le preparó, como a todos los demás niños, para provocar acontecimientos peligrosos.