En la fría luz del invierno de 1915 en la que el mistral sopla con fuerza, Camille Claudel se inclina y recoge un puñado de barro al que intenta dar forma entre sus dedos. Sin embargo, lo lanza con rabia. Nunca más va a esculpir. Su manía persecutoria centrada en su famoso amante Auguste Rodin ha llevado a su familia a internarla en un centro psiquiátrico en el sur de Francia. Entre gritos, sollozos y silencios, se retrata la soledad de Camille Claudel, su desespero y su esperanza de encontrar comprensión y reconocimiento como artista ante la anhelada visita de su querido hermano, el escritor Paul Claudel, único contacto con su mundo arrebatado. Camille permanece recluida en una institución mental donde su creatividad queda reprimida para siempre.