Un estremecedor exorcismo se vuelve incontrolable y se cobra la vida de una joven. Meses después, mientras Megan Reed trabaja en el turno de noche de la morgue, recibe un cadáver desfigurado.
Sola y encerrada en los pasillos del sótano, Megan comienza a experimentar espeluznantes visiones, lo que le hace sospechar que el cuerpo que ha recibido está poseído por una despiadada fuerza demoníaca.
El demonio de la depresión
Javier Ocaña 30 NOV 2018 - 03:12 CEST
Cuando llega la acción se parece demasiado a un mal 'slasher', Y ninguna de las coreografías de las muertes, como tampoco su clímax final, tiene el menor interés.