Georges presenta un programa literario en televisión y vive una vida acomodada junto a su mujer y su hijo adolescente. Un día recibe unos paquetes que contienen unos vídeos grabados desde la calle y unos dibujos alarmantes con un misterioso significado. No sabe quién los envía. Poco a poco, las secuencias que aparecen en las cintas se vuelven más personales, con lo que el remitente le conoce desde hace algún tiempo. Georges siente que una amenaza se cierne sobre él y su familia, pero como no hay evidencias de delito alguno, la policía se niega a ayudarlo.