1918, fin de la Primera Guerra Mundial. Menorca padece una epidemia de gripe y el trabajo escasea. El Mediterráneo está infestado de submarinos alemanes que necesitan aprovisionarse. Los contrabandistas hacen su agosto y se entabla una dura competencia entre ellos. La madre de Tina y Biel, como tantos otros isleños, ha emigrado a Argel y ha dejado a sus dos hijos con su hermano, que trabaja los campos de un terrateniente. Tina anhela ir a encontrarse con su madre y conocer mundo, pero no tiene suficiente dinero. Un día, jugando por el bosque, Biel descubre un tesoro y Tina convence a Rom, un hombre solitario, para que los ayude a huir. Pero Rom parece tener otros planes.