En octubre de 2015, un reducido grupo de fans de la película El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone, acuden a la localización de la escena final de la película en Burgos. Casi 50 años después del rodaje, pretenden desenterrar y devolver el esplendor al mítico cementerio de Sad Hill. La noticia corre como la pólvora y cada fin de semana aumenta el número de fans voluntarios que se animan para reconstruir el escenario.
Una psicogeografía cinéfila
Jordi Costa 12 NOV 2018 - 11:30 CEST
El cementerio de Sad Hill es el espacio mítico donde se desarrolla el imponente clímax final de 'El bueno, el feo y el malo'.