Primero hubo una oportunidad; después hubo una traición. Han pasado 20 años. Muchas cosas han cambiado, pero otras muchas siguen igual. Mark Renton vuelve al único sitio que considera su casa. Allí le esperan Spud, Sick Boy y Begbie. Así como otros viejos amigos: pena, fracaso, alegría, venganza, odio, amistad, amor, deseo, miedo, remordimiento, diamorfina, autodestrucción y peligro mortal, todos ellos alineados para darle la bienvenida, preparados para unirse al baile.
Retorno digno, pero innecesario
Carlos Boyero 24 FEB 2017 - 00:17 CEST
No es una película en absoluto despreciable, sin embargo la antigua gracia ha desaparecido.